¿QUIÉNES SOMOS?
ProCultura es una fundación sin fines de lucro, cuya principal misión es velar por el bienestar de las personas a partir del fortalecimiento de su identidad y su arraigo territorial.
Con 14 años de experiencia y más de 300 proyectos ejecutados, aborda a las comunidades tanto en sus dimensiones naturales, culturales, de habitabilidad, fomento productivo, educación y salud mental.
Misión
Poner en el centro a las personas y su identidad y que nos permite vincularlas con su historia, con su patrimonio, desde los más diversos ámbitos: educación, ciudad y vivienda, arquitectura y salud mental por mencionar algunos.
Visión
Lograr un Chile descentralizado donde las personas se sientan orgullosas del territorio que habitan, sean protagonistas del desarrollo social y económico desde lo que cada uno es mejorando así los niveles de bienestar físico, mental y social.
HISTORIA
Fundación ProCultura se fundó en 2009 gracias a la convicción de Ilonka Csillag P. (pedadoga y fotógrafa) y Alberto Larraín S. (psiquiatra) de que la identidad de las personas y sus entornos, forjada sobre la base de su patrimonio cultural natural e inmaterial, es un eje fundamental para el desarrollo sostenible y el bienestar físico, social y mental de las personas.
A partir de eso, se sumaron al proyecto profesionales de distintas disciplinas para elaborar iniciativas que permitieran generar oportunidades de desarrollo social y económico, especialmente, en territorios aislados a través de la puesta en valor de las personas y sus comunidades.
Gracias al apoyo de instituciones públicas y privadas, Fundación ProCultura puede ejecutar proyectos de restauración, puesta en valor del patrimonio, difusión cultural y desarrollo social que tienen como eje conductor la identidad territorial en las regiones de Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins, Biobío, Los Lagos, Aysén y Magallanes.
Así, con más de 13 años de experiencia en el trabajo territorial y comunitario, la fundación ha podido trabajar desde la gestión patrimonial y cultural en la generación iniciativas que favorezcan el desarrollo de las comunidades y sus entornos, pero que a la vez impacten positivamente en la sensación de bienestar físico, mental y social.
La experiencia en el territorio ha permitido que ProCultura desarrolle una metodología propia de trabajo, que pone en el centro a las personas y su identidad y que las vincularlas con su historia, con su patrimonio, desde los más diversos ámbitos: educación, ciudad y vivienda, arquitectura y salud por mencionar algunos. Cada uno de estos ámbitos es abordado de manera integral, incorporando a la comunidad en el diseño y ejecución de los proyectos y generando productos que respondan a las necesidades de las comunidades y las personas.
De esta manera, se han generado diversos elementos desde libros que rescatan la memoria histórica de un territorio a través de fotografías hasta láminas coloreables para que niños y niñas fortalezcan su relación con su patrimonio, pasando por guías educativas para profesores que facilitan la incorporación de la educación patrimonial y artística en el curriculm escolar.
Lo anterior, sin contar los trabajos de investigación patrimonial, de restauración de inmuebles, las exposiciones y los proyectos vinculados a la promoción de artistas nacionales y la consolidación del turismo patrimonial/cultural como alternativa de desarrollo.
El trabajo profesional que hemos realizado en los últimos años nos ha posicionado como un referente en la materia y nos ha permitido administrar diversos lugares con alto valor cultural patrimonial como el Parque Isidora Cousiño de la comuna de Lota, Región del Biobío y el Sitio Patrimonio Mundial de las Iglesias de Chiloé en conjunto con la Fundación de Iglesias Patrimoniales.
NUESTROS PILARES
1. Desarrollo sostenible
El desarrollo sostenible, según las Naciones Unidas, es la satisfacción de las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.
Para alcanzar el desarrollo sostenible, de acuerdo a Naciones Unidas, es necesario armonizar tres elementos básicos: el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente.
Creemos que la identidad y el patrimonio son poderosos agentes de desarrollo que requieren de otros elementos para generar un impacto real e inclusivo que permita promover el desarrollo sostenible y el bienestar de las comunidades.
En Fundación ProCultura trabajamos en proyectos, compatibles con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por las Naciones Unidas, que permitan potenciar la reactivación económica a través del fortalecimiento de la asociatividad, la cohesión social y el arraigo socio productivo con identidad local para incrementar la valorización del capital social, territorial y ambiental.
Por eso en Fundación ProCultura trabajamos, desde un enfoque patrimonial y cultural en proyectos que responden a los ODS de salud y bienestar, educación de calidad, ciudades y comunidades sostenibles.
2. El poder de la comunidad
Los integrantes de una comunidad son los mejores impulsores de su propio desarrollo. En la medida en que una comunidad se organiza en torno a un objetivo común se incrementan las posibilidades de alcanzar un desarrollo sostenible y mejorar los niveles de bienestar tanto a nivel personal como comunitario.
ProCultura basa su trabajo con las distintas comunidades en la frase “nada para nosotros sin nosotros” porque el desarrollo se concibe desde y para la comunidad.
La relación que establecemos con las comunidades se basa en la confianza, la que construimos con transparencia y poniéndonos al servicio de los habitantes de un territorio. No buscamos una relación de corto plazo, esperamos trabajar con y para las comunidades de manera sostenible, para que el impacto de los proyectos que ejecutamos en conjunto sea duradero y permita, efectivamente, contribuir al bienestar social de las personas que habitan un territorio.
3. Por el bienestar social y mental
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define salud mental como “un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad”.
Creemos firmemente que a través de la gestión cultural, de la puesta en valor de la identidad de las comunidades, podemos contribuir al bienestar físico, mental y social de las personas y las comunidades y, a partir de ahí, abrir nuevas oportunidades de desarrollo.